La carga inalámbrica utiliza campos electromagnéticos para transferir energía entre la base de carga y el dispositivo, pero la radiación generada en este proceso se considera generalmente segura. La tecnología de carga inalámbrica más común, como el estándar Qi, utiliza campos electromagnéticos de baja frecuencia para transmitir energía, y estos campos son de baja potencia.
En términos de seguridad para la salud, las emisiones de campos electromagnéticos asociadas con la carga inalámbrica se encuentran dentro de los límites establecidos por las agencias reguladoras, como la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) en los Estados Unidos y organismos similares en otros países.
Es importante destacar que, en comparación con otras fuentes de radiación electromagnética, como las ondas de radio y las señales de teléfonos móviles, la carga inalámbrica emite campos electromagnéticos de baja potencia y baja frecuencia.
Hasta la fecha, no hay evidencia científica sólida que respalde la idea de que la carga inalámbrica, como se implementa comúnmente en dispositivos electrónicos de consumo, representa un riesgo significativo para la salud debido a la radiación. Sin embargo, la investigación continua y la supervisión de la seguridad son importantes a medida que la tecnología evoluciona. Si tienes preocupaciones específicas, siempre es aconsejable consultar con fuentes confiables de salud.
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